Doce y veintidós

Son las doce y veintidós, el huele de noche entra por mi ventana y llena mi cuarto de nostalgia.  Nostalgia por una vida que recuerdo con dificultad, entre inventos y realidades.  El dolor en el pecho, las manos frías, los ojos nublados de tristezas infinitas y amores perdidos.  Son las doce y veintidós, pensando en...

Lloro cuando suspiro

Se siente, ahí en el medio del pecho, como se empieza a rajar el corazón. Sangran los ojos, cae la nostalgia lentamente hacia los labios que alguna vez se arquearon de felicidad. Duele el cuerpo, duele el alma, duele el espíritu y sin ánimos para nada más que no sea respirar, el pecho alberga aquel...

Esther

Desde su silla blanca dirigía.La cocina siempre iluminaba.Esa sinfonía me encantaba.Como una orquesta dirigía. Por su cocina pasaba de todo,Verduras, ollas, gente y los platos.Todo un festín para el olfato.Y el recuerdo como un tesoro. Mi cómplice partió, todo se perdió.Los platos cayeron, ruido eterno,Vivo con un remolino interno.Las pócimas y amor, todo murió. Esther...

Imaginándome la Navidad

Cada Navidad te pienso, te extraño y me imagino cómo sería estar a tu lado… Siempre será así, cada Navidad contigo solo existe en mi mente. Me la imagino cada año y en esos momentos que no existieron jamás y ni lo harán nunca, me siento feliz. Pero cuando veo brillar los ojos de tus...

Respirando hondo

Amanecí con los ojos inundados, las ganas de estar en el pasado o en un futuro diferente. Con el cuerpo pesado pero el alma vacía, respirando hondo como intentando llenarla con algo que ni yo sé qué. El sol se escapó entre una grieta de la cortina, iluminando mi cara, al abrir los ojos, la...

Ella tenía razón

Mi abuelita rezaba por las noches antes de dormir, yo la escuchaba murmurando y algunas veces un par de lágrimas caían de sus ojos. Ella le rezó y le habló a Dios toda su vida. De repente me obligaba a ir a la iglesia, me sentaba y me hablaba de Dios con cada oportunidad que...

Abuelita Esther

Todos los años los empiezo extrañándote, no es fácil tener tu vacío. Siempre escribo sobre lo difícil que ha sido crecer sin ti, vivir sin ti; cualquiera con una abuelita fenomenal como tú, me entiende. Y es que nadie, y no exagero, nadie nunca me ha amado como lo hiciste tu abuelita. Y hoy cumplirías...